¿Estamos viviendo la Sexta Extinción?

Los paleontólogos definen las extinciones masivas como los momentos en los que la Tierra ha perdido más de tres cuartas partes de sus especies en un tiempo geológicamente corto, lo que ha ocurrido tan solo cinco veces en los últimos 540 millones de años. Sin embargo, ahora los biólogos sugieren que la Sexta Extinción Masiva puede estar en marcha, basándose en datos de especies perdidas en los últimos siglos.

Para ello, se han revisado las diferencias entre especies fósiles y modernas, añadiendo datos recientes de información paleontológica para comprender el ritmo de desaparición de especies. Parece ser que las tasas actuales de extinción son mayores de lo que se esperaría encontrar en el registro fósil; esto subraya la gran necesidad y la urgencia de medidas de conservación efectivas.

Esta revisión, realizada por científicos de las Universidades de California, Carolina del Norte y Sao Paulo, resalta dos puntos importantes:

1. La pérdida reciente de especies es dramática y muy seria, pero no puede ser calificada aún como "extinción masiva" en el mismo sentido que las anteriores. En tiempos históricos hemos perdido sólo un pequeño porcentaje de las especies conocidas (ya que no podemos tener idea de las especies que se han perdido y nunca han sido descritas). Esto debería animar a conservar el gran porcentaje de biodiversidad que aún nos queda en el mundo.
2. Este punto es muy importante: incluso con las grandes dificultades que presenta la comparación de registros fósiles y modernos, hay claros indicios de que la pérdida de las especies catalogadas como "en peligro crítico" (CR según la UICN) puede lanzar al mundo a una nueva extinción masiva, una extinción tan grave que sólo ha ocurrido 5 veces en la historia de la vida. Además, la pérdida adicional de las especies "en peligro" y "vulnerables" podrían provocar que la Sexta Extinción fuera real en pocos siglos. Para ello, tendrían que darse las mismas condiciones de "tormenta perfecta" que coincidieron en las anteriores: múltiples estrés, atípicos y de gran intensidad, cambio climático inusual, y una gran concentración de CO2 en la atmósfera.

La gran diferencia entre el punto en el que nos encontramos ahora, y en el que fácilmente podríamos estar en pocas generaciones, revela la urgencia con la que debemos aliviar las presiones que empujan hoy en día a las especies hacia el punto de no retorno: el de la extinción masiva.

Foto de Sylvia

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