jueves, 30 de agosto de 2007

¡¡YA ESTAMOS EN DOÑANA!!



uooooola!!!

Estoy ya en Doñana, desde el lunes. Pomulates ha venido conmigo. Esto es precioso, y la gente del grupo de los ciervos (er mío) supersimpática. Se me está pegando el acento de granada, xq Paco, uno de los muchachos que venían de Cáceres, de Veterinaria, es de allí, y Jerónimo y su mujer, Patri, son de Córdoba.
Estamos en los ordenadores porque tenemos un hueco; bueno,en realidad llevamos dos días de no hacer nada, porque ayer fuimos a Almonte a comprar andamios para renovar los puestos, y por la tarde ya hicimos nuestra primera observación. A mí me ha tocado la torre de cuarenta metros, está superalta, pero se ve todo perfectamente. Así que estamos de vacaciones, prácticamente, porque al paso que vamos hoy, no creo que vayamos tampoco a medir la vegetación. Aquí llamamos "contar castañuelas", porque es lo único que hay, y tiene pinta de ser aburrido.

Este ciervo fue el primero que he visto.
¡Me está guiñando un ojo!


Los ciervos son enormes, tenemos que pintar las cuernas en el cuaderno, pero es bastante difícil. Menos mal que me han dado el mejor telescopio, por estar en la torre. Allí hay un guarda forestal, que me ayuda a veces a interpretar el mapa, y me da compañía, con su radio y todo. Para subir el trípode y los bultos hay una cuerda, pero él amablemente, se encarga de subirlas. Ayer hubo toda la tarde volando delante de mí una pareja de águilas imperiales; preciosas, y bastante grandes!!!!!!!!
Cargando el Patrol con los andamios

La cámara, fantástica. Menos mal que a los demás también les gusta la fotografía y tienen cámaras reflex y esas cosas, porque si no me sentiría como una japonesa. Estoy aprendiendo a sacarle más partido, y tengo muchas fotos chulas.

Montando andamios para los puestos de observación

Cuando haga fotos buenas de los ciervos, las pondré. Besos y Suerte a todos los que tengáis exámenes!

sábado, 25 de agosto de 2007

Kurrupipi


Creo que ha llegado la hora. El trauma pasó (o eso creo). La vida ha vuelto a la anormal normalidad.

La hora... de que cuente la triste historia de Kurrupipi.


Es, o era, un avión común (Delichon u
rbica) que me encontré una tarde de junio, yendo para la última clase de Física. Estaba acurrucado contra la pared de Económicas, y como no huyó al acercarme, lo cogí y me lo llevé para mi edificio. Lo metí en una caja de folios que generosamente me donó el conserje y entré en clase. La cara de Pomulates cuando la abrí y se lo enseñé fue como de coña, para hacerle una foto para videos de primera.


Lo examinamos al acabar la clase, para determinar si debíamos soltarlo o le pasaba algo. Estaba tuerto, pero por lo demás estaba en perfectas condiciones. De todas formas lo llevamos al departamento de Zoología, para ver qué podíamos darle de comer. Recibimos muchas respuestas distintas, pero ninguna definitiva. El hombre lobo, que fue con el único profesor con quien conseguimos mantener una conversación de más de cinco segundos, nos recomendó alimentarlo con larvas de mosca, las que se venden para pescar, pero no estaba seguro de que fuera lo que necesitaba. A cambio de su consejo, el todavía anónimo pajarito le obsequió con una cagada en su pantalón.

Los midiclorianos, esos pequeños bichitos simbióticos que rigen los destinos de todos los mortálidos, quisieron que nos encontráramos al salir de allí con un antiguo profesor de Pomulates, que está en un programa de investigación con aviones.

Su conclusión fue aplastante: (Pomulates, cierra los ojos, no leas lo siguiente) SELECCIÓN NATURAL. (Te lo dije, pomulillos. Pero lo has leído. Allá tú) A partir de entonces, Pomulates no ha querido que le volviéramos a mencionar esas dos palabras.

Pomulillos con Kurrupipi en el comedor de Económicas.

A pesar de todo, decidimos quedárnoslo. Si estaba destinado a morir no importaba mucho que lo retiráramos de la circulación, para aprender, claro está. No pensábamos freírlo, aunque el bruto de Upa era partidario de hacerlo.

Cancho también se quedó como embobado. Estuvo cerca de veinte minutos con el pájaro en la mano, posado en su dedo, hasta que llegó el profesor de Botánica. Rayo, una chica sorprendentemente activa, aunque no más que Cucurrita, le puso el nombre.

Kurrupipi asistió a su primera clase de Botánica, que fue la penúltima para nosotros, y luego Pomulates se lo llevó, porque tenía una tienda de pesca bajo su casa.

A la mañana siguiente, Kurrupipi vino con nosotras a la biblioteca. Allí nos esperaba Foide y el Ratón. Ambos decidieron fingir que no nos conocían cuando Pomulates sacó las cresas vivas y le dio de comer allí mismo. Luego Kurrupipi trepó por su brazo y se quedó dormido en su hombro, costumbre que había desarrollado el día anterior.

No podíamos hacer otra cosa. Los exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina y teníamos que estudiar. Por otra parte, en casa se habría muerto de hambre o de sed.

Nos quedamos a comer, y mientras esperábamos a que llegaran las cuatro para ir a clase, y Foide se echaba una siesta en el césped, Pomulates y yo estuvimos cazando bichitos en las flores con las pinzas de disección. Se notaba que a Kurrupipi le gustaban, porque empezó a piar. Además estábamos muy cerca de su colonia y podía escucharlos. También estuvimos intentando que echara a volar, pero se estrellaba, y cuando conseguía aletear, se torcía hacia el lado que le faltaba el ojo. Tampoco solía acertar al escarabajo de la pinza. Tenía todas las plumas de vuelo. Con un poco de práctica, lo conseguiría.

Pensamos en llamar al centro de recuperación de aves de Sierra de Fuentes, ya que alguna otra vez habían recogido aviones incluso más pequeños, porque es fauna protegida. Decidimos que si sobrevivía un para de días, llamábamos.

Pero Kurrupipi se puso enfermo. No digería la comida y piaba inquieto; si te lo ponías en el dedo, como le gustaba, trepaba por el brazo y se empeñaba en subirse al pelo. Amaneció tieso como un pajarito, valga la rebuznancia, como dicen Cancho y El Pajarero.

Lo enterramos junto a uno de los bonitos cenadores que han puesto en el bosquecillo de la Universidad, pero no diré exactamente dónde para preservar su memoria. Pomulates y yo vamos a visitarle de vez en cuando…

Sabores raros


Me arriesgaré a ser apedreada, abucheada o incluso, comentada. Perdonad mi osadía, pero tengo que hacerlo; es superior a mis fuerzas.

Este es mi primer Meme. Los ocho sabores inolvidables, o los más extraños que hayas probado. Dos de cada, a poder ser. Y no tienen por qué ser asquerosos. No me está permitido decir quién me lo pasó, pero le doy las gracias desde aquí.

Ya está, lo he dicho.

Y aquí van.

1º. Dulce. Acedera. En la excursión a Monfragüe, Retamoide nos instó acaloradamente a que probáramos cierta planta que crecía al borde de una cuneta llena de agua. Todas nos apresuramos a hacerlo, para evitar las iras posteriores. Alguien sugirió que no lo hiciéramos, porque podría ser un intento por su parte de envenenarnos. Pero Pomulates y yo nos arriesgamos, y hete aquí que para nuestra sorpresa, el sabor recordaba al del tomate.

2º. Ácido. Unos caramelos que me regalaron que tenían forma de mariposa y eran morados. Se me acabaron y no conseguí averiguar a qué sabían, porque en cuanto decidía que era a fresa, o a mora, o a pera, cambiaban de sabor. O eso creo. Cada vez que entro en una tienda de chucherías los busco, pero nunca los he encontrado.

3º. Amargo. El gazpacho de mi abuela. Cuando se le olvida quitarle el culo al pepino. Y se le olvida la sal. (Para los que tengan abuelas con pérdidas de memoria, como la mía, aquí dejo la solución que he encontrado)

4º. Salado. Tortilla del Sacromonte. Bueno, vale, quizás he hecho trampa. Es bastante inclasificable, pero sí, es salada. Para los que no sepan de qué va la cosa, aquí va la receta, por si alguno se anima y quiere sorprender a sus suegros con una muestra de refinamiento culinario (eso sí, luego no esperes volver a ser bien recibido en su casa): para 4 personas, 2 huevos, 2 onzas de criadillas de cordero, dos onzas de sesos de cordero. Se cuecen las criadillas con un poco de sal, se hace con ellas, con aceite y con los sesos, una masa. Se agregan los huevos batidos y se cuece todo a fuego lento. Queda una tortilla con ese color cárdeno de los hematomas, olor a vísceras calientes y textura babosa, de caracol desnudo… sea como fuere, plato típico del Sacromonte, en Granada. La receta, de Duendes y Leyendas de Granada.

5º. Ácido. El jabón de las manos. Me entró curiosidad, pero la culpa fue de mi madre, que puso uno con olor a frutas del bosque. No caigáis vosotros; es una engañifa, no sabe a frutas ni a nada parecido.

6º. Salado. La lluvia. ¿Nunca la habéis probado? No lo hagáis en plena ciudad; el aire está bastante sucio, y las gotas al caer, se van llenando de polvo. Pero en pleno campo está bastante bien. Sobre todo, por las circunstancias calenturientas anteriores.

7º. Amargo. El ácido fórmico, servido por una amable hormiga del tamaño de un autobús. Por mucho que te enjuagues, el sabor no se quita, aunque lo hagas con disolvente. Realmente inolvidable. Hace al menos doce años que lo probé, y el recuerdo sigue siendo muy, muy, muy nítido.

8º. Dulce. El pis de gato. No, no es broma. El Niño Amarillo y la Estrella de Ojos Verdes son testigos. El Pirracas, uno de mis gatos, se asustó de los aspersores mientras le examinaba una herida. Mi padre lo estaba sujetando bocarriba, así que mi cara estaba en su trayectoria, que cruzó sobre mi boca abierta. Realmente no fue del todo desagradable.

Se lo paso a Cancho, a Katmio, a Pomulates, a la Dra Happy Adams si está por aquí, a Saintwolf y a Quettaheru. Me falta uno, así que si alguien más quiere cogerlo, que lo haga.

viernes, 24 de agosto de 2007

ESTUVO cerrado por vacaiones

Vaya. Me he ido de vacaiones y apenas me ha dado tiempo de colgar el cartel de
CERRADO POR VACACIONES

Cierto es que he estado por ahí dos semanas, pero el resto del tiempo hacía mucho calor, o estaba trabajando.

Informe detallado.
Me dispongo a irme con Pomulates al Parque Nacional de Doñana. Vamos a colaborar en las observaciones del comportamiento de los ciervos durante el periodo llamado "La Berrea"
El Pajarero, con quien vamos a cazar rabilargos cada dos semanas más o menos, nos ha desado suerte. Se queda en tierra con las mismas o más ganas que nosotras de ir. Pero el trabajo es el trabajo. Prometemos enviar informes detallados.


Mientras tanto, haremos como el resto de medios audiovisuales cuando estan de vacaiones o fuera de servicio: les ofreceremos capítulos viejos, aunque no carentes de interés, de las Aventuras de los Cuatro Cazadores de Rabilargos (de ahora en adelante CCR, porque es muy largo) Dado que, por problemas con los permisos de publicación, no se han emitido, no serán reposiciones. Así que poneos cómodos y disfrutad.Besitos de Rabúa
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