La dehesa es un ecosistema humanizado muy singular. Es el resultado de la transformación del bosque mediterráneo a lo largo de la historia. El aclareo del estrato arbóreo, fundamentalmente formado por quercíneas, con el objetivo de obtener recursos ganaderos, agrícolas y forestales.
En el contexto actual, donde comienzan a percibirse distintos impactos a causa del cambio climático (condiciones meteorológicas alteradas, modificación de la época y distribución de las precipitaciones, con fuertes lluvias y largas sequías, acentuación de las temperaturas extremas...) la conservación de la dehesa arbolada representa una necesidad imperiosa e incuestionable.
Los árboles de una dehesa tienen un importante papel: regulan el microclima circundante, mantienen la fertilidad del suelo y el equilibrio hidrológico, evitan la erosión, son sumideros de carbono, conservan y protegen la biodiversidad y, además, aseguran aprovechamientos fundamentales para garantizar la soberanía alimentaria, mejorando las condiciones de vida y trabajo de las poblaciones de zonas rurales.
Las encinas y alcornoques de las dehesas son árboles propios de la vegetación mediterránea que soportan bien este clima: el calor, la sequía, las heladas, el viento y la lluvia. Resisten el fuego, que es un elemento primordial en estos ecosistemas, ardiendo poco y rebrotando bien tras los incendios. Frenan el viento evitando la desecación de los pastos y del suelo, alargando el periodo de aprovechamiento de los pastizales. Y por otra parte, el denso follaje siempre verde ayuda a condensar y mantener la humedad del ambiente, sombreando el suelo en verano y protegiéndolo en invierno de la nieve.
Sin duda, la conservación de las dehesas con una densidad adecuada de arbolado es la mejor herramienta para la conservación del suelo, los recurso pastables y agrícolas, la biodiversidad y los paisajes de gran parte de España.
Este artículo ha sido trasladado desde una revista sin escrúpulos por su autora (es decir, yo) al no haber recibido contestación alguna de la organización ni de su director Josep M. Rosell de por qué se ha dejado de pagar mi trabajo en revista Ecogestos, hacer caso omiso de todos mis intentos de contacto y seguir usando mi material no remunerado.
Por todo esto, he decidido trasladar todo el material de mi producción a mi blog, que es de mi propiedad y me lo follo cuando quiero. Es una injusticia que dejen de pagar por tu trabajo. Pero es aún más desagradable que lo hagan sin mediar una palabra, sin dar una justificación, y que además, sigan usando tu material.
No se puede trabajar gratis por varias razones:
- Por respeto a la profesión y por el valor intrínseco de tu trabajo.
- Porque crear material original y auténtico en la red exige un esfuerzo, una habilidad, una formación y un tiempo en el que has tenido que comer y beber, pagar facturas, dejar de estar con tu familia, etc: es decir, que el material no sale de la nada.
- Porque no sólo afecta al que lo hace, que pierde dinero y reputación, sino que se extiende sobre otros profesionales que deben aceptar peores pagos y condiciones.
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