Es de noche y está oscuro. Sólo un par de velas iluminan el salón, arrancando brillos a los adornos del árbol. Es un momento mágico.
Son muchos años, mucho árboles los que he visto. Pero a pesar de ello siempre es como la primera vez. Recuerdo la pena que me daba cuando era pequeña y se acababa la Navidad. Y una de las razones era que el árbol se moría, a pesar de los cuidados que le brindábamos; se volvía marrón, las ramas se ponían mustias, y las hojas tapizaban el suelo, hiciéramos lo que hiciéramos. Por suerte, en mi casa desde hace tiempo tenemos un árbol artificial, que se vuelve a utilizar todos los años. Es una buena costumbre que cada vez más familias adoptan, ya que salva a muchas coníferas de acabar en la basura pasadas las fiestas, además de evitar los inconvenientes de un árbol natural. Sin embargo, no hay que olvidar que estos árboles provienen de derivados del petróleo, que no es un recurso renovable.
Si eliges un árbol natural, sin embargo, es biodegradable. Pero recuerda que es un ser vivo además de un adorno, y puede tener una segunda oportunidad una vez pasadas las vacaciones. Según Ecologistas en Acción, más de dos millones de árboles terminan en los vertederos tras las Navidades sólo en España. Para evitarlo, cuando lo elijas, asegúrate de que es criado en un invernadero (que no sea talado del monte) y de que tenga un buen cepellón; riégalo todos los días con un poco de agua y mantenlo apartado de la calefacción.
Si dispones de un lugar apropiado, como un jardín o una terraza, podrás incluso trasplantarlo antes de que acabe el invierno y disfrutarlo todo el año, pero nunca lo lleves al monte, ya que normalmente son especies foráneas (piceas, abetos, etc).
Si a pesar de todo se termina convirtiendo en una molestia, puede que tengas que replantearte tu decisión de comprar todos los años un abeto nuevo. Acabadas las fiestas, no lo tires sin más a la basura. Siempre puedes optar por los programas que se ponen en marcha para la recogida y conservación de patrimonio natural. Cierto es que su funcionamiento no es todo lo eficaz que sería esperable, pero es una buena opción. Recogen los árboles que estén en buen estado y los aclimatan de nuevo a la vida a la intemperie, trasladándolos posteriormente a algún parque o jardín de nuestra ciudad. Pero esto sólo es posible si el árbol ha recibido los cuidados adecuados durante su estancia en nuestra casa.
Recuerda, en estas fiestas también puedes cuidar el medio ambiente con un poco de sentido común.
Foto de Estitxu Carton
Este artículo ha sido trasladado desde una revista sin escrúpulos por su autora (es decir, yo) al no haber recibido contestación alguna de la organización ni de su director Josep M. Rosell de por qué se ha dejado de pagar mi trabajo en revista Ecogestos, hacer caso omiso de todos mis intentos de contacto y seguir usando mi material no remunerado.
Por todo esto, he decidido trasladar todo el material de mi producción a mi blog, que es de mi propiedad y me lo follo cuando quiero. Es una injusticia que dejen de pagar por tu trabajo. Pero es aún más desagradable que lo hagan sin mediar una palabra, sin dar una justificación, y que además, sigan usando tu material.
No se puede trabajar gratis por varias razones:
- Por respeto a la profesión y por el valor intrínseco de tu trabajo.
- Porque crear material original y auténtico en la red exige un esfuerzo, una habilidad, una formación y un tiempo en el que has tenido que comer y beber, pagar facturas, dejar de estar con tu familia, etc: es decir, que el material no sale de la nada.
- Porque no sólo afecta al que lo hace, que pierde dinero y reputación, sino que se extiende sobre otros profesionales que deben aceptar peores pagos y condiciones.
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