viernes, 3 de julio de 2015

Is going to be that not - Diario de una histaminósica perdía

Yo creía que estaría aquí pocos días, pero no.




El primer día me dieron un bote.

-Tienes que recoger toda tu orina aquí durante 24h para hacer un análisis.

Y yo hago caso y hago el gran e incómodo esfuerzo. A la mañana siguiente, tan temprano que aún los vencejos no chillaban dando vueltas sobre mi ventana, escucho entre sueños cómo alguien entra en mi habitación, recoge el bote y se va.

Llega el médico a média mañana.

-¿Y el bote?

- No sé, esta mañana vinieron a por él, me parece.

-Es que no ha llegado aún al laboratorio.

Una auxiliar que pasa: -Me parece que lo han tirado las del turno de noche.

O.O

Otra vez a juntar pipí. 24h más que se van a retrasar los resultados. Ya estamos a miércoles.

Consigo llenar el segundo bote. De madrugada, tan temprano que aún las enfermeras aún no levantaban a los enfermos con su particular parloteo, se abre sigilosamente la puerta de mi habitación y se oye un sonoro chapuzón.

-¡¡¡¡ NO LO TIRES!!!!! -chillamos mi madre y yo saltando de la cama. Casi le da un infarto a la chica.

Pero es demasiado tarde. No queda nada.

Nos enseña su hoja de tareas. Nadie ha transmitido las órdenes de mandar la muestra al laboratorio. Otras 24h más de de espera. Ya van 48.

Esta vez no voy a permitir que me vuelvan a robar la muestra. El médico se lamenta por el pasillo y las auxiliares y enfermeras forman un escándalo. Dicen que esta vez van a asegurarse de que no desaparece. Vienen con un folio en amarillo fosforito.



Pero ya no me fío. Por la noche saco el bote del cuarto de baño y lo escondo debajo de mi cama. Por encima de mi cadáver tendrán que quitármelo.

Una vez es casualidad. Pero dos... ¿incompetencia? ¿Mala leche? Amos, que no creo que sea tan difícil poner en el parte "habitación 220: orina para laboratorio".

Y como no hay dos sin tres, cuando entra la auxiliar de turno, me aseguro.

Yo:-No se tira.

La auxiliar:-No lo voy a tirar.

Yo: -Que va al laboratorio, ¿eh?

La auxiliar: -Sí, sí.

Yo: -¿Seguro? Dame tu palabra.

La chica se fue con cara de "esta está loca". Pero hasta que no me vino a ver el médico y me dijo que había llegado al laboratorio no respiré tranquila.

Y eso que las ventanas del laboratorio se ven desde mi habitación.

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