jueves, 14 de marzo de 2013

Cosas de la urbe. Milagros.

Llegar de las vacaciones, más cansada que otra cosa. Poner la lavadora. Luchar, fregona en mano, contra el desagüe que se ha vuelto malvado y te escupe agua como si fuera veneno. 

Poner la sopa a que hierva mientras te cambias de ropa y te lavas el pelo. Volver. Mirar la sopa con cara de incredulidad. Arrimar la mano con cuidado. Tocar la cazuela con decisión, aún incrédula. No, no quema. Cambiarla de fuego. 

Odiar a la placa eléctrica (más vieja que yo), que se ha vuelto loca y quiera comprobar a qué temperatura puede fundirse y jugar a ver qué fuego quiere encenderse.

Llamar a tu casero. Tener 24h después allí un fontanero, y otras 24, el técnico instalándote la nueva vitro, alucinando de que esa placa aun existiera.

¡Nueva vitro!

Flipar con tu casero. :D ¡Tendré que mandarle una caja de bombones!

Bonus: 
  • 100 puntos de experiencia por trato con fontaneros (nueva experiencia nunca antes vivida)
  • 500 puntos por evitar que el técnico de la vitro muera electrocutado al avisarle de que no ha desenchufado aún la toma de corriente cuando le ves con las tijeras de electricista. 
  • 250 puntos por jugar al tetris con el técnico de la vitro sacando la lavadora y la nevera alternativamente para buscar los enchufes, y luego a parkour al tener que saltar por encima de ellos para entrar y salir de la cocina.

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