viernes, 23 de abril de 2010

Excursión de Geobotánica al Collado del Agua y Prado Negro, en Sierra Harana, Iznalloz. 23 de Abril

Apago el despertador sobresaltada y miro la luz que brilla, azul y verde. Son las 7. Me levanto con un suspiro y me pongo los desmontables nuevos del esprinter sobre la carne de gallina. Hace más frío del que me esperaba.
Con más sueño del que puedo recordar agarro una magdalena del mueble de la cocina, y en ese momento veo en mi mano la inscripción mágica garabateada a boli: "Bocata". Me asomo al balcón e, inexplicablemnte, la croisanteri esta cerrada. No tengo pan. Un recuerdo pequeño y arrugado repta entre la neblina de mis pensamientos. Hay un pan de molde caducado, pero aun sin moho, en alguna parte. Unto las rebanadas con lo primero que pillo y le incluyo un poco de jamón. Algo que he aprendido este curso: el jamón serrano de sobre es alimento indispensable para cualquier estudiante, y mejor si es varias veces al día.

Añado los bocatas a la colección de paquetes de frutos secos y zumos que hay en el fondo de mi mochila. Prismáticos, cámara y la libreta de campo. Corro hacia los comedores universitarios a y media, y por el camino me encuentro con Marina la Biopeligrosa. Cuando llegamos al punto de encuentro, somos 5. Se supone que el bus sale a las 8, pero hasta las y media pasadas no aparece ninguno. Para entonces ya se ha juntado un grupito apañao de gente.

Intento dormir algo en el corto trayecto hasta Prado Negro, en el Parque de Huétor, pero me resulta imposible. Los paisajes son cada vez más sorprendentes. Había olvidado aquello que cuando pequeña me parecía lo más natural del mundo, cuando iba allí a pasar el día. Las montañas deben ser altas, picudas y cubiertas de árboles.

En Prado Negro bajamos del bus, que da la vuelta y se va. Enseguida nos paramos a mirar una Secuoya sempervivens que crecía al borde del camino.
Secuoya sempervivens

Empezamos a ascender campo a través, hacia una acequia que rezuma agua por la ladera, formando una comunidad de plantas llamada Adiantetea capilli-veneris que también se encuentra en laderas de agua corriente o en travertinos. Las piernas y los párpados nos pesan de sueño y cansancio; no hay muchas ganas de moverse.
Subida hacia la acequia

Formación fitosociológica Adiantetea capilli-veneris

 
Vemos especies típicas del bosque mediterráneo, aunque esté manejado por el hombre. Formación Citisetea scopario-stryati. Monte cubierto de Adenocarpus, Citisus scoparius y Retama, Cistus. Una gramínea llamativa, Festuca elegans, típica de bosques de encinas o robles. En la umbría, más Crataegus, agracejo, tomillar lavandular con Timun mastchina y Heliantemun en suelos más rocosos.
Agracejo (Berberis hispanica)


Timun mastichina (mejorana)

Encontramos Erodium rupicola en grietas de rocas, una especie fisurícola como las arenarias (cariofilaceas) de la familia de los geranios. Junto a ellas, Sedum, que aprovecha el sustrato creado por las fisurícolas, pues necesita algo más de tierra.
Erodium rupicola
Sedum
El torvisco (Daphne gnidium) es un arbusto típico de encinares, con una buena cantidad de propiedades mágicas, pues se pensaba que quitaba el mal de ojo (algunos pastores sigen confeccionando collares para sus ovejas con la corteza de este arbusto). Rakel y yo cogemos una pizquita por si las moscas.



Torvisco (Daphne gnidium)

Bajo los quejigos (Quercus faginea) encontramos Paeonia coriacea, a punto de abrir sus capullos. Yo ya las había visto en la sierra de San Jorge el año pasado, y sorprendentemente me acordé. Es una planta antigua que indica suelos maduros y profundos, típica de las sierras béticas y que crece en sustratos básicos.
Paeonia coriacea

Las plantas eurosiberianas florecen antes de echar la hoja. Entre ellas tenemos las Anemonas, Violetas, Ficaria... Litodora fruticosa es una borraginácea, también llamada "Hierba de las siete sangrías" por sus propiedades medicinales (se suponía que limpiaba la sangre...)
Ficaria ranunculoides
Litodora fruticosa
Al cabo de un rato descubrimos una orquídea, a la que todos afotamos sin parar como si fuera una estrella del pop. Ya estábamos ascendiendo hacia el Collado del Agua, en dirección al Sotillo.
Orchis purpurea

Los tejos se agarraban a los canchos de las cumbres rocosas, y me hicieron recordar leyendas de cuando era chica, un tejo que alargaba su sombra sobre el agua con malicia, pues el agua a la sombra del tejo era mortal...
Taxus baccata
Erinacea anthyllis en flor
Erinacea anthyllis
Ya en el Collado del Agua, una zona entre dos cumbres con muchísimos vientos, vemos praderas con Ionopsidium prolongum, una crucífera que viene de Grazalema, y Erinacea anthyllis (Cojín de monja) que debe su nombre a las supuestas torturas que se autoinfligían las monjas, sentándose en este arbusto tan espinoso.






Nos paramos a comer bajo una roca en la que crecían matas de Draba hispanica, similar a la llamada "Hierba del mayor dolor", de la que dicen que es mejor que la morfina.
Draba hispanica


Ya bajando encontramos un puñado de Prunus ramburus, conectados por estolones. Es una especie vicariante y rara de encontrar en estos lugares. De hecho, el profesor se paró de repente y exclamó "¿Y esto qué hace aquí?"
Prunus ramburii
Cuando van mejorando las condiciones en la ladera de la montaña, vemos la formación Ramnoprunetea. Crataegus más abundantes, Salvia lavandulifolia (indicadora de supramediterráneo, sustituye a Lavanda) junto con Convolvulus y otras del tipo arenaria.

Ya iniciamos el descenso serio en zig-zag por la ladera hacia el Sotillo e Iznalloz. Intentamos atrochar las vueltas del camino por el cortafuegos, pero resulta muy difícil, y no se tardaba menos. Las rodillas empiezan a resentirse, y el camino, lejos de acortarse, parecía cada vez más largo. Cada vuelta parecía mayor que la anterior.


Al llegar abajo, calculamos sobre el mapa que la excursión había sido de unos 18 o 20 km. Entramos en el bar, y comprobamos que a pesar de haber bajado los últimos, éramos los primeros en llegar... al llamar a los demás nos dijeron que estaban en otro lugar, así que fuimos nosotros los que les esperamos a ellos tomándonos una cervecita bien fresquita. 


1 comentario:

  1. Muy bonita, eso esta bien que sepas tanto para que cuando vayamos por el monte, asignatura pendiente con Mónica, nos explique cosicas. Andasteis muhcooo, y después te fuiste a bucear que lo se yo, ¿como tenías fuerzas?

    ¿Para cuando una entrada de Cabo de Palos? ^^

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