Hoy, como ha amanecido un día precioso, nos hemos bajado a la playa. Queríamos ir al Complejo Balnear de la Barreirinha, pero estaba cerrado porque el mar estaba muy picado por allí. El día anterior habíamos estado desde el mirador viendo como las olas se levantaban hasta cuatro metros cuando se estrellaban con las terrazas del solarium.
Detrás de mi, el forte de São Tiago, la cúpula de la Iglesia del Socorro y las casitas de Funchal que trepan por el monte. |
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