martes, 27 de noviembre de 2012

Cosas de la urbe (y de ser una bióloga en la urbe). Hacer croquetas.

Estar desmenuzando y limpiando la gallina que has echado en el caldo para hacer croquetas, y que los trozos amarillos y tiesos te recuerden a cuando herviste y limpiaste un tejón para el departamento de Vertebrados.

Que el olor del tejón hervido te recordara al del cocido.

Que se asocien los dos recuerdos y ya no sepas si el caldo de gallina huele a tejón, o el caldo de tejón olía a gallina.

2 comentarios:

  1. Vaya mezcolanza más inquietante, a mí se me quitarían las ganas de tomar caldo en una temporada... y la foto, ¿es hueso de tejón o gallina?

    Que disfrutes esas croquetas y la nieve, Salamanca nevada debe ser preciosa.

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    Respuestas
    1. La foto es el pescuezo de gallina, que cuando me dí cuenta de lo que era... yo nunca había limpiado esa parte de un pollo, siempre eran muslos y contramuslos!

      La verdad es que he tardado dos o tres días en volver a tocar la gallina, con el recuerdo del tejón, que en realidad no olía mal.

      ¡Pero las croquetas me han quedado de muerte!

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