Tras estas incendiarias noticias (el Hoy titula "¿Réquiem por la OEx?") en el HOY.es y en La Crónica de Badajoz, y el revuelo que se está montando por los culos pensantes de la administración, comparto esta nota de prensa que han puesto mis colegas de la Orquesta de Extremadura en su página web.
1. El chantaje. La Consejería de Educación y Cultura nos amenaza a los trabajadores de la OEX con el despido y la extinción de esta entidad si no aceptamos renunciar a nuestros contratos y sustituirlos por otros de carácter fijo discontinuo, que supondrían permanecer en situación de desempleo varios meses al año. Esta medida supone un grave perjuicio al servicio que la OEX ofrece (resulta un insulto a la inteligencia decir que la OEX permanecerá inactiva varios meses al año y en la siguiente frase afirmar que su actividad será del 100%). Se trata de un tipo de contratos que no se adapta en absoluto a la actividad de una orquesta, hasta tal punto que no existe ninguna formación similar a la nuestra en España que se ajuste a este esquema. A pesar de lo que los responsables de la Consejería afirman, no se ofrece ninguna garantía real de que los contratos de los trabajadores vuelvan en el futuro a la situación actual. Tampoco hay garantías de que vayamos a trabajar un mínimo de meses al año, pues al cambiar nuestra condición a la de trabajadores a tiempo parcial, la legislación actual permite una extraordinaria discrecionalidad a la empresa para modificar a su antojo los tiempos de trabajo. Por último, consideramos que en estas nuevas condiciones la plantilla de la OEX quedaría en situación de máxima vulnerabilidad, lo cual podría facilitar enormemente su eventual disolución.2. Unos plazos asfixiantes. La Consejería de Educación y Cultura impone a la OEX un margen temporal mínimo para solventar una deuda de la que los trabajadores no hemos sido responsables sino víctimas. Recordemos como ejemplo que una parte del montante de la deuda corresponde a las cuotas de Seguridad Social e IRPF que a nosotros se nos han detraído pero que la empresa no ha pagado. El hecho de que una reforma laboral impulsada por un Gobierno del mismo color que el de Extremadura sea lo que ha impedido llevar a cabo la solución estrella de la Consejería para pagar la deuda (recordemos: un ERE temporal), no ha hecho que ésta flexibilice los plazos. Es más, la Consejería pretende forzar a la Orquesta de Extremadura a que abone en los próximos meses incluso los pagos para los que ya se había negociado un aplazamiento a varios años (por ejemplo con la Seguridad Social). Es una forma de ir alejando la meta a medida que la OEX se acerca a ella con el fin de justificar lo injustificable: un varapalo a las condiciones laborales de los trabajadores y al servicio que estos ofrecen.3. ¿Privilegiados? A pesar de cierta rumorología interesada, los trabajadores de la OEX estamos muy lejos de ser unos privilegiados desde el punto de vista económico. Conviene recordar que los sueldos de la mayoría de los músicos no llegan a los 1500 euros mensuales (aunque hay compañeros de la administración cuyo sueldo supera por poco los 900 euros). Esta remuneración implica también la obligación de aportar nuestro propio instrumento y correr con los gastos de su mantenimiento, así como los del vestuario de conciertos.
4. Sacrificios hasta la fecha. Los trabajadores de la OEX nunca nos hemos negado a realizar sacrificios. De hecho llevamos más de dos años con el sueldo congelado tras una reducción del 7% en nuestras nóminas y del 40% en las pagas extras. Esta reducción se aplicó al mismo tiempo y en el mismo porcentaje que a los funcionarios, a pesar de que nosotros percibimos un salario menor que el de los funcionarios de nuestra misma categoría profesional y de que ya hay jurisprudencia que señala que esta rebaja no debería aplicarse a los trabajadores de entidades similares a la OEX, como es el caso de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Sin embargo, a pesar de no tener por qué padecerlas, los trabajadores de la OEX hemos asumido estas reducciones como un sacrificio necesario. Por otra parte ya hemos sufrido de facto una reducción de plantilla (que en estos momentos se encuentra bajo mínimos) ya que a día de hoy, y en contra de lo que marca el convenio colectivo, no se han renovado los contratos de los trabajadores que habrían de cubrir las plazas de personal en excedencia o con baja de larga duración.5. Sacrificios futuros. Tampoco en la actualidad nos negamos a hacer sacrificios. Durante la supuesta negociación (que nunca fue tal pues la Consejería nunca se movió un milímetro de su posición inicial), hemos ofrecido propuestas como la de retrasar uno o varios meses el cobro de las nóminas de principios de 2013 con el fin de permitir que la OEX pudiera afrontar ciertos pagos dentro de los plazos establecidos, evitando la imposición de multas por parte de Seguridad Social, Hacienda… Multas que, de otro lado, se están produciendo debido a la demora por parte de la propia Consejería en realizar los ingresos periódicos a la Fundación Orquesta de Extremadura.6. Ritmo de pago de la deuda. Desde hace meses la Orquesta viene sufriendo distintos recortes en los gastos, en un contexto de gran improvisación y desorden. Con todo, a estas alturas del año 2012 la Orquesta de Extremadura está enjugando deuda a un ritmo superior incluso al de las previsiones más optimistas, que permitirá amortizar en este ejercicio una cantidad cercana a los 600.000 euros de dicha deuda y el resto de la misma a lo largo de la primera mitad del siguiente año. No se sostiene, por tanto, la excusa de que la medida que la Consejería trata de imponer a los trabajadores viene motivada por el pago de la deuda.
7. Hay alternativas. En contra de lo que mantienen los representantes de la Consejería, sí es posible realizar un plan de trabajo para la Orquesta guiado por un criterio de racionalidad en el gasto que, sin descuidar la labor artística y didáctica, evite los perjuicios derivados de la improvisación y la desorganización a los que se nos ha condenado durante la presente temporada. Existen ya propuestas en este sentido: hace meses el propio Comité de Empresa de la OEX elevó a los responsables de Cultura un plan de viabilidad y nos consta que varios directores de prestigio han presentado proyectos con temporadas muy atractivas a precios más que razonables. Tanto unos como otros incluyen medidas imaginativas encaminadas a aprovechar economías de escala, profundizar el contenido pedagógico de la OEX, facilitar su difusión por el territorio extremeño, incrementar la obtención de ingresos externos, promocionar la imagen de Extremadura en el exterior… Todos estos proyectos yacen congelados en los cajones de la Consejería, junto con propuestas de grabaciones con importantes sellos y ofertas de Festivales Internacionales (todas ellas sin costes añadidos) a la espera de que los responsables de ponerlas en marcha despierten una mañana con un ataque de voluntad política.
En definitiva, y a la vista de todo lo anterior, las lesivas medidas que el Gobierno de Extremadura trata de imponer a la plantilla de la OEX y por extensión a su público, resultan del todo injustificadas. La OEX es un proyecto viable, sostenible y con potencial, que sólo requiere de la voluntad de los representantes políticos para seguir adelante. Por si en algo contribuye a este fin, recordémosles que el acceso a la cultura es un derecho de los pueblos, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos y que en ningún lugar de tan solemne documento aparece que los extremeños estemos exentos de tal derecho.
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