Desde hace unas horas siete activistas de Greenpeace están ocupando la cubierta y la torre de perforación del buque de exploración petrolífera Discoverer Nobel para impedir su salida del puerto Taranaki (Nueva Zelanda), contratado por Shell para llevar a cabo su programa de prospección petrolífera en el Ártico. Los activistas que han subido a la embarcación, entre los que se encuentran la actriz Lucy Lawless conocida por su papel como “la princesa Xena”, han creado una plataforma equipada con suficientes suministros para permanecer varios días.

La petrolera amenaza con devastar la costa de Alaska perforando tres pozos de exploración petrolífera en el mar de Chukchi. Si el buque Noble Discoverer encuentra petróleo este verano, otros gigantes mundiales del petróleo acelerarán rápidamente sus planes de miles de millones de dólares para la perforación en el Ártico dando el pistoletazo de inicio a la fiebre del petróleo del Ártico.

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Hay unas 10 razones por las que la extracción de petróleo del Ártico es una idea realmente estúpida y por las que nuestros activistas están ocupando el buque y bloqueando su salida del puerto:

1.    Es extremadamente peligroso. El entorno ártico es uno de los más difíciles en el mundo. Cualquier actividad resulta mucho más complicada a causa de las condiciones de frío, vientos y la presencia de hielo.

2.    Nuestro clima no se lo puede permitir. A medida que los impactos del cambio climático se hacen más visibles y amenazan a ecosistemas enteros, la perforación y la quema de más combustibles fósiles es lo último que deberíamos hacer, sobre todo en un lugar tan frágil y virgen como el Ártico.

3.    En realidad no lo necesitamos. Los fabricantes de automóviles son perfectamente capaces de hacer vehículos eficientes. Si empresas como Volkswagen dejasen de oponerse a una mejora de los estándares europeos de eficiencia energética para los coches, estos vehículos se convertirían en normalidad. De esta manera, se reduciría nuestra necesidad de petróleo, ayudaríamos el Planeta, y ahorraríamos dinero.

4.    Los pozos de alivio son más difíciles de perforar. En el caso de que se pierda el control de un pozo (“blow-out”), al igual que pasó en el golfo de México, se debe perforar un pozo de alivio. Sin embargo, con la llegada del invierno, el hielo cierra la temporada de perforación y podría darse el caso de que no fuera posible frenar un vertido en el Ártico inclusive durante dos años.

5.    La recuperación de petróleo es prácticamente imposible en condiciones de mar helado. Tecnologías estándar usadas en caso de vertidos, como son las barreras, se vuelven inútiles en presencia de una espesa capa de hielo. Según un alto funcionario de una empresa canadiense especializada en dar respuesta a vertidos de hidrocarburos, "actualmente no conocemos solución o método alguno realmente capaz de recuperar petróleo [derramado] en el Ártico".

6.    No hay capacidad suficiente para una respuesta rápida en caso de vertido. El Ártico es una región muy remota, de población exigua y tiene a disposición pocas instalaciones. Para responder al desastre de la Deepwater Horizon en el golfo de México se tuvieron que usar 6.000 barcos. El año pasado, Cairn Energy tenía apenas 14 naves disponibles en la bahía de Baffin, en Groenlandia para vigilar sus labores de prospección. Este año, en el Plan de Contingencias ante vertidos de Shell en el Mar de Chukchi tan sólo se habla de nueve.

7.    La capacidad de los ecosistemas de latitudes altas para degradar el petróleo es mucho menor que en latitudes más bajas. La falta de luz solar en invierno y el frío extremo son factores que influyen negativamente sobre la velocidad de degradación del petróleo. El crudo se mantendrá capturado bajo la capa de hielo marino. Como ejemplo, más de 20 años después del desastre de la Exxon Valdez en Alaska, todavía se puede encontrar petróleo entorno al Prince William Sound.

8.    La fauna local es muy vulnerable al petróleo. Muchas especies de aves migran hacia el Ártico en verano, así como ballenas y focas. Además, osos polares y zorros árticos dependen fuertemente de los recursos marinos y costeros para vivir y alimentarse así que se verán directamente afectados por la industrialización de ese área.

9.    Es muy caro. La búsqueda de petróleo en el Ártico es increíblemente cara a causa de las condiciones extremas de las operaciones. En los últimos dos años, Cairn Energy ha invertido más de mil millones de dólares para perforar unos pocos pozos en el Ártico y todavía no ha encontrado petróleo.

10.    Solución para tan sólo tres años. El Servicio Geológico de EE.UU. estima que el Ártico podría guardar, como máximo teórico, unos 90 mil millones de barriles de petróleo. Aunque esto parezca mucho, tan sólo equivale al consumo mundial de crudo durante tres años. Las petroleras están arriesgando el futuro del Ártico para asegurar como máximo la cobertura de la demanda de tres años. Sin duda no vale la pena tomar ese riesgo.

Ayúdanos a parar la expansión petrolífera en el Ártico ¡ciberactúa!
Sara Pizzinato (@pizzina78), responsable de la campaña de Cambio climático y Transporte de Greenpeace.

Más información:

- Informe Riesgo e impactos de perforar en el Ártico (inglés)
- Shell y su exploración petrolífera en Alaska (inglés)