Y seguimos con las lagartijas. Hoy nos hemos despertado con un poco de viento, por lo que hemos salido de otra cala cercana donde no se movía tanto el mar.
Viajamos a la Isla del Aire en dos embarcaciones, una zodiac y un barco de buceo, porque somos un montón.
Esta mañana, como estaba tan nublado ha habido poca actividad, ya que las bichillas estaban bastante frías. Las veíamos subirse a nuestras mochilas negras y a cualquier superficie de ese color para subir su temperatura. En una de estas, al abrir la mochila en busca de la cámara, encontré a un macho dentro de mi paquete de galletas, tan feliz. Calentito y con comida, ¿qué más iba a pedir?
Hicimos más experimentos de ataques a lagartijas marcadas, en los que nos acercábamos a las que encontrábamos marcadas y anotábamos la distancia a la que nos dejaban aproximarnos y la qué recorrían antes de esconderse.
A mediodía ha empezado a llover. Nos hemos puesto los chubasqueros, hemos recogido y para terminar de medir las últimas nos hemos metido en una pequeña cueva que formaban las rocas, esperando instrucciones. Al final han llamado a los barcos y nos hemos vuelto a las tres de la tarde.
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