miércoles, 20 de enero de 2010

Nuevo traje de buceo

Bueno, y como tengo tantos problemas con los trajes de buceo, he decidido comprarme uno. No ha sido tarea fácil.


Fui a Málaga con Pablo, con la intención de hacer una visita al Decathlon, y otra a Casco Antiguo, y después dar una vuelta por la ciudad, en la que nunca he estado, por cierto. Lo malo es que el tiempo no acompañó. Nos cogió la semana que más litros cayeron del cielo; tendríamos que dejar el turismo para otro día. Pero había que ir, no teníamos tiempo ningún otro día. Como nunca habíamos ido ninguno de los dos, sacamos las instrucciones por el Google Maps. Menos mal que la intuición femenina, unida a mi masculina percepcion y entendimiento de los mapas (jeje, lo tengo todo) nos salvó de terminar en Estepona por lo menos. No os fieis nunca del Maps.
Total, que llegamos, tras dar algunas vueltas por las autopistas (la intuicion femenina no es infalible) a Casco Antiguo, donde sólo había un traje de la talla 1 (que es la más pequeña, y de la que no hay en los clubs) precioso, muy bueno, dos piezas, 5mm, de neopreno del nuevo, y que me estaba como un guante. Pero había un problema. Costaba 250 napos.
Así que con todo el dolor de mi corazón lo dejé allí para pensarmelo (que iba a ser que no, pero a lo mejor podía convencer a mi padre...). Me compré unos guantes buenos, ya que había experimentado lo que es ir sin ellos, además, te arañas sin darte cuenta y te haces unos buenos sietes con las rocas que luego tardan la vida en cicatrizar.


Tiramos en dirección al Decathlon. Era tarde, y nos estábamos digiriendo por dentro, pero estuvimos hasta que nos echaron. Cuando vi los trajes me alegré, había de la talla 1 (que no las tenía todas conmigo) y tenían precios razonables: pero cuando fui a los probadores... Mi gozo en un pozo. Aquellos trajes me estarían bien si fuera sueca, o jugadora de baloncesto profesional, o las dos cosas. ¿Por qué no hay en España trajes para españolas?

Me compré la supertoalla supersecante, que viene muy bien para los viajes (y ahora planeo hacer unos cuantos) por que seca rápido, y ocupa muy poco. Y mi cabeza seguía enamorada del traje de 250 €.

Cenamos en un bar de cazadores que encontramos en una salida, en algún lugar entre Málaga y Granada. Tuvimos suerte; estaban cerrando cuando llegamos, y si no llega a ser porque la dueña tuvo que salir con una de las escopetas para dársela a uno de los cazadores que se la había olvidado, no habríamos podido cenar esos dos peazo de bocadillos estupendos de jamón ibérico del bueno. La verdad es que era un sitio auténtico, con un sabor rústico de los que te dan ganas de quedarte a dormir  frente a la chimenea.

Al día siguiente, nos levantamos temprano para ir a bucear. El tiempo había mejorado un poquillo. Aunque chispeara, poco importaba: debajo del agua no llueve. Yo iba resignada a pasar más frío que un tonto con el traje talla 2 del CUGAS. Incluso me planteé no meterme, quedarme en el coche... pero tenía muchas ganas de bucear.

Fuimos a llenar las botellas al club de Marina del Este,  y mientras tanto, estuvimos mirando las cosas de la tienda. Mis radares detectaron una percha que tenía el cartel de REBAJAS y allá que me tiré. Vamos, por mirar, porque no tenía ninguna esperanza, y empecé a pasar perchas. Traje de gordo, traje de gordo, traje seco, otro traje de gordo... espera, ¿esto qué es? es pequeñito, tiene corte de mujer... esto... talla 1... y esto tan gordito... 7mm, dos piezas, refuerzos en las espinillas... ¡y de marca Mares...! ¿Y de precio? ¡No me lo puedo creer! Exactmente mi presupuesto (lo que había ganado la semana anterior con el COEX) ¡160 €!

Me lo probé (total, había tiempo, hasta que se llenaran las botellas) y me estaba muy bien, era el mio (y eso que el de la tienda no etaba muy convencido antes de vérmelo puesto) No me hacía dobleces ni morcillas en las articulaciones, y de largo me estaba bien. Salí de la tienda, pensando en tomar la decisión mientras buceaba, pero tal como salí, volví a entrar. ¡No iba a perder una oportinidad así, pudiendo bucear calentita!

Así que nos vestimos, preparamos el equipo, estaba todo listo... y cuando miramos la playa para llevar las cosas, decubrimos que el viento había virado, y Marina del Este no era ya la calita resguardada y en calma que habíamos visto a llegar.


Ya llegará e momento de estrenarlo. ¡El mar no se va a ir muy lejos! Al menos, este curso...

1 comentario:

  1. Hola, no sé qué saltos he dado hasta llegar aquí, pero he leido entera la entrada y me ha gustado mucho. Escribes muy simpática!!!. Voy a leer más entradas.

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