Bueno, hoy por fin la Forgu ha ido al taller, para la puesta a punto. No ha sido fácil...
Hoy, después de una semana con amaneceres anticiclónicos, ha amanecido con una niebla más espesa que el puré de patatas de mi madre. Para colmo, el piloto fundido que había desmontado para cambiarlo, se me había olvidado terminar de repararlo, apenas tenía gasolina y la batería estaba por los suelos. Después de varios petardazos para arrancar, se puso en marcha y a la carretera.
La niebla, la falta de frenos y la oscuridad no nos permitieron psar de 60 por hora, así que los coches, sin atreverse a adelantar, se acumulaban detrás... Después de 10 kilómetros, la furgoneta decidió que no andaba más. Tuvimos suerte de que llegara hasta Badajoz.
La grúa se la llevó (por segunda vez en su larga vida) hacia el taller. Y espero que pronto esté de vuelta.
Y ya que tanta gente me pregunta si he comprado las mariposas, la respuesta es NO, las he pintado yo. Esta es la secuencia:
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